La pasión es la base de todo lo que hacemos en Itz'ana. Cada una de las personas que forman nuestro equipo ha sido seleccionada especialmente porque aporta algo increíble a nuestra comunidad.
En ningún lugar es más evidente esto que con Enrico Cordenons, nuestro asistente administrativo, gastrónomo residente y pronto especialista en ron. Su pasión por la cocina local y los mejores vinos internacionales le convierten en el miembro del equipo favorito de todos en cualquier comida.
Si has tenido la suerte de asistir a uno de nuestros restaurantes pop-up en la playa, ya lo conoces, pero para todos los demás, hemos pensado en sentarnos con Enrico y averiguar qué es lo que motiva su contagiosa alegría de vivir.
P: Llegaste a Belice después de una temporada como educador de vino en la Banca del Vino en Italia. ¿Qué te atrajo de nuestras costas?
Enrico: He trabajado en hostelería por toda Europa, desde mi casa en los valles productores de Prosecco cerca de Venecia hasta la Provenza, la Costa Brava y Madrid. Gracias a un amigo, pasé a trabajar como guía turístico en la región de Chianti e inmediatamente me enamoré de la conexión entre la comida, la cultura y la naturaleza mientras guiaba a los huéspedes por bodegas, almazaras y granjas ecológicas.
El destino quiso que en mi día libre participara en un "gastro-bike tour" por Florencia y conociera la Universidad de Ciencias Gastronómicas (creada por Carlo Petrini, fundador del movimiento slow food). Tuve la suerte de que me aceptaran y pasé 3 años estudiando con los más apasionados "gastrónomos" y trabajando como guía en la bodega de la Banca del Vino - que contiene más de cien mil vinos italianos.
Para completar mi tesis, elegí hacer unas prácticas en el sur de Belice, donde gracias a Mara Jernigan pude estudiar la gastronomía tropical y trabajar con las comunidades mayas locales para entender cómo el cultivo del cacao puede ayudar a la conservación de la selva tropical y al crecimiento social en regiones remotas.
P: ¿Qué es lo que más te entusiasma del floreciente panorama gastronómico de Belice?
Enrico: Definitivamente, estoy enamorado del chocolate de Belice, porque se elabora en este país único en el que las comunidades mayas de habla inglesa han mantenido sus tradiciones y el respeto a la naturaleza tal y como lo hacían sus antepasados.
También me encanta la hermosa barrera de coral que permite a los pescadores locales practicar una pesca sostenible, especialmente en lo que se refiere al respeto a la estacionalidad. Además, la variedad cultural de la comida aquí, desde la garífuna a la maya, pasando por la latina y la criolla, hace de Belice un patio de recreo gastronómico. Me siento muy afortunado.
P: Eres conocido entre nuestros clientes por tu pasión para ayudar a presentar los restaurantes pop-up de Limilita, especialmente cuando describes los maridajes de vinos. ¿Cuál es tu proceso para elegir el vino que debe acompañar a cada plato?
Enrico: A la hora de elegir el vino, mi principal objetivo es apoyar al chef y ser la voz de sus platos para los comensales. No se puede maridar el vino sin tener experiencia básica en la cocina (la selección del vino tiene que inspirarse en la visión del chef), pero también me gusta pensar que puedo sugerir vinos durante la creación del plato para buscar una armonía de sabores.
Intento utilizar uvas autóctonas locales (Gavi, Chablis, Barbera, GSM) frente a uvas internacionales (Sauvignon, Chardonnay, Cabernet, Pinot Noir), y, siempre que es posible, de cultivo ecológico y sostenible. Me encanta ayudar a los clientes a descubrir todas las regiones vinícolas del mundo, pero siempre incluyo un vino italiano en el menú.
Soy un gastrónomo, lo que significa que me gusta abordar la comida desde una perspectiva de 360 grados, desde la historia a la química, la antropología a la filosofía, lo que sea. Estoy planeando convertirme en un sommelier certificado en los próximos 2 años, pero por ahora me estoy concentrando en ampliar mis conocimientos sobre el ron caribeño y latinoamericano para la próxima apertura del Rum Bar en Itz'ana.
P: ¿Qué crees que hará que Itz'ana sea único en el panorama gastronómico internacional?
Enrico: Limilita ha sido una maravillosa cocina de pruebas, que nos ha permitido jugar con todo tipo de platos y vinos. Pero nunca hemos perdido de vista el hecho de que tenemos la gran responsabilidad de crear un programa de comida y bebida en Itz'ana que perdure en el tiempo. Estos meses de experimentación nos han dado una visión muy clara de cómo lo lograremos.
Estoy en una búsqueda constante de "héroes culinarios", "pioneros tropicales" y "agricultores piratas". Eso es lo que estamos reuniendo en Itz'ana. Belice es un país joven que intenta adaptarse a la exigente industria del ecoturismo, y mi objetivo es convertir a Itz'ana en un actor influyente en la cadena de suministro trazando un círculo de 150 millas a nuestro alrededor y abasteciéndonos del mayor número posible de productos de esta región. Lo local siempre es mejor.
También estamos trabajando en un proyecto de huertos escolares para educar a las generaciones más jóvenes sobre la importancia de la gestión de la tierra y crear beneficios económicos y sociales a través de la presencia del ecoturismo.
P: ¿Qué es lo que más te entusiasma de Placencia?
Enrico: Me considero un viajero empedernido y me gusta acoger a los invitados y hacerles sentir como en casa. Siempre hemos mantenido el pop-up muy personalizado e íntimo, y este enfoque continuará en Itz'ana. Me entusiasma el hecho de que pasaré mucho tiempo directamente con los clientes, guiándoles en las catas de ron y de vino, y maridando ambos con algunos de nuestros deliciosos quesos locales. El equipo diseñó Itz'ana para que tuviera muchos espacios privados, así que seguiremos organizando eventos pequeños e íntimos que rindan homenaje a lo que creamos con Limilita, y que lleven ese espíritu hacia adelante.
Además, me encantan las actividades al aire libre. ¿Qué puede ser mejor que despertarse con yoga al amanecer, nadar en la barrera de coral más saludable del mundo y luego refrescarse en una cascada en la selva? Y no olvidemos una buena comida hecha con ingredientes locales frescos. No me canso de la gastronomía beliceña.
P: ¿Qué huella digital esperas dejar en el ADN de Itz'ana y Limilia?
Enrico: Hoy en día, el acelerado estilo de vida de la gente deja muy poco tiempo para crear recuerdos duraderos. Mi objetivo es que los comensales puedan cerrar los ojos y recordar plenamente el sabor de una cena pop-up, el ahumado de una langosta cocinada en el horno de ladrillo, la calidez y las notas tropicales de un vino italiano Gavi, la brisa del océano... recordarán el sabor de Itz'ana.
Con la pasión de Enrico como guía, no hay duda de que lo harán. Itz'ana aceptará reservas para la celebración de nuestra gran apertura a finales de este verano. ¡Suscríbete a nuestra newsletter para ser el primero en saber cuándo puedes venir y ser recibido por Enrico!